Probamos uno de los últimos modelos globales más importantes de la marca. Su lanzamiento en San Pablo, estuvo a cargo de Dan Akerson, CEO de la corporación.
Decir que General Motors se renueva, no es ninguna novedad. Luego de la crisis en el gigante del norte, que requirió la histórica asistencia financiera gubernamental, la compañía resurgió con nuevos bríos a tal punto que mucho antes de lo previsto reintegró los préstamos estatales del salvataje.
En buena parte, la esencia de la recuperación pasó por la generación de nuevas líneas de modelos, incoporando una gama de productos completamente nuevos con los cuales, entre otros resultados, la marca pudo mantener el liderazgo e incrementar sus volúmenes de ventas en distintas partes del planeta. Tanto el Plan Viva, que dio origen por ejemplo al exitoso Agile o el anunciado Plan Fénix, que mostrará sus primeras creaciones producidas en la Planta de Alvear, Argentina, a partir del año que viene, forman parte de la nueva propuesta de Chevrolet.
A nivel local, además de mantener el liderazgo absoluto durante más de 10 años consecutivos, particularmente este año se han incorporado una gran cantidad de nuevos modelos, que se suman a la amplia oferta de productos Chevrolet.
En ese contexto, el año pasado se generó una gran expectativa para el lanzamiento de un modelo muy importante para la marca, que finalmente se concretó en la noche previa a la apertura del Salón de San Pablo destinada a la prensa especializada. Para dicho evento, viajó especialmente desde Estados Unidos el CEO de la corporación Dan Akerson, quien se ocupó en persona de presentar el flamante Chevrolet Onix.
GM Uruguay puso a nuestra disposición una unidad del modelo, para evaluarla durante varios días para poder contarles nuestras impresiones de manejo. Se trata de la versión más equipada, denominada LTZ, que al igual que la LT, se impulsa con un motor de 4 cilindros, 1.4 litros, con inyección multipunto, capaz de liberar 98 CV de potencia a 6.000 vueltas, y un torque de 126 Nm disponibles a un régimen de 2.600 rpm, acoplados a una caja manual de 5 velocidades.
Diseño
El nombre onix, proviene de una piedra semi preciosa, que una vez procesada permite confeccionar distintos tipos de finas joyas, generalmente con diferentes tonos de verde.
El aspecto exterior del Chevrolet Onix, salvo por el color, es semejante a una joya. Su diseño, absolutamente innovador, genera una imagen fuerte, con el capó abultado, faros alargados y un sector trasero estilísticamente muy bien resuelto. La cintura es alta, acotando en algo el ancho de las ventanas. Por debajo, los pasaruedas tienen volumen, hay una moldura en el sector inferior de las puertas y los neumáticos están calzados en bonitas llantas, también con un diseño original.
El interior mantiene una buena sintonía con la propuesta externa. Los diseñadores de General Motors vuelven a utilizar trazos largos con leves ondulaciones, sobre todo en la parte alta del panel, que además es bien lanzado debido a la inclinación del parabrisas.
Por cierto que la estrella en este sector es la pantalla del sistema My Link, que nuclea funciones de audio, teléfono y conectividad, con dos huecos guardaobjetos a sus costados. El aspecto general es de gran simpleza, pues hay muy pocos comandos. Son solo las tres perillas clásicas para los controles del aire, con un par de botones pequeños para activar el acondicionador, localizadas en el área inferior del centro del panel.
El tablero de instrumentos mantiene el estilo ya presente en otros modelos como el Sonic. Presenta un medio reloj de aguja para el cuentavueltas del lado izquierdo, y hacia la derecha despliega un amplio visor digital con los demás indicadores.
El espacio es amplio, con un buen aprovechamiento del 1,705 mts que tiene el auto de ancho total. El resto de las medidas son 3,930 de largo y 1,484 de altura. Indudablemente, puesto al lado de otros modelos como por ejemplo el Agile, se puede apreciar que es un vehículo de buen porte. Las plazas traseras son un poco más ajustadas a la altura de las piernas, pero está bien resuelta la curvatura del techo, para evitar la molestia en la cabeza sobre todo para las personas altas.
La capacidad del baúl es de 280 lts., un volumen razonable para este tipo de compactos.
En movimiento
Si bien este motor 1.4 es un propulsor ya conocido de la marca, fue especialmente actualizado para el Onix. De por sí silencioso, gracias a la buena insonorización de la estructura, el habitáculo queda prácticamente aislado de sonidos exteriores.
Inmediatamente se puede percibir la eficiencia de la transmisión. La palanca de cambios es bien precisa, con recorrido cortos, que junto con una agradable sensibilidad de los pedales permite disfrutar rápidamente de la conducción. Para ello también interviene la posición del asiento y del volante, que mediante los diversos ajustes, brindan un amplio campo visual. Si bien la luneta trasera es algo estrecha, los espejos exteriores aseguran igualmente una adecuada visibilidad hacia atrás.
La comodidad está asegurada. Además de ajustar al cuerpo prefectamente, la densidad mediana de la espuma utilizada en los asientos, genera un apoyo sumamente confortable. La sensación constante es de estar a bordo de un auto más grande, tanto por el espacio interior y el comportamiento en marcha como a través de la comparación con los demás autos que circulan a su lado en el tránsito.
Las reacciones a los impulsos del acelerador también aportan su cuota parte. El Onix responde siempre con eficiencia a cualquier solicitud del pie derecho, con la consecuente confianza y tranquilidad para quien está al volante. Ofrece buenas salidas cuando cambia la luz del semáforo, y retoma adecuadamente la velocidad a la hora de hacer sobrepasos en ruta, sin sobresaltos. En el tránsito callejero es muy dócil, imponiendo cierta dosis de respeto por parte de los demás conductores, fenómeno inédito para este segmento.
Sin perder de vista que es un compacto, una vez más se percibe como un auto de gran porte, con un sistema de suspensión muy bien calibrado que absorbe con solvencia las irregularidades del asfalto.
El confort de marcha es un aspecto muy cuidado, pero sin sacrificar en absoluto la estabilidad cuando puesto en ruta, alcanza velocidades altas. Enfrenta las curvas cerradas con solvencia sin atisbos de perder la compostura.
Las lecturas de los instrumentos son muy claras, y el sistema de sonido y conectividad, a través de la pantalla touch de 7", ofrece una buena calidad de audio mediante conexión del puerto USB o del acople AUX in.
Además de los items que hemos mencionado a lo largo del informe, la versión LTZ incluye frenos con ABS con repartidor electrónico de la fuerza de frenado (EBD), airbags frontales para conductor y acompañante, bloqueo central y automático con el auto en movimiento, llantas de aleación de 15", computadora de a bordo, espejos y levantavidrios eléctricos, aire acondicionado, bluetooth y dirección hidráulica, entre otros.
El Chevrolet Onix es un auto que gusta. No por casualidad apenas un par de meses después de lanzado ya se colocaba como el segundo más vendido de la marca en el mercado brasileño.
Tiene una fuerte personalidad. Si bien sale a competir en un segmento muy disputado contra rivales de fuste, tanto en diseño como por la inclusión de la tecnología My Link determina un importante diferencial sobre sus contrincantes. A ello se suma la calidad del andar, con una mecánica robusta y confiable y una excelente transmisión.
Sin dudas, es un producto diferente, logrado en base al desarrollo de auténticos orfebres como los que integran el centro de diseño de General Motors.
Es una joya.
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Lanzamientos: Chevrolet no para; ahora es tiempo de Onix (Leer más...)
Publicado: 25/09/13 - 10:50 hs. - Textos: Luis Piedra Cueva, miembro de APUM (Asociación de Periodistas Uruguayos del Motor) - Fotos: Leticia Carbajal y Luis Piedra Cueva.