28/08/2012 - Comportamiento en el tránsito: un minuto que sale caro

¿Cuánto les cuesta a los demás conductores el tiempo que ud. gana con las pequeñas vivezas en el tránsito?.

En una vía de doble mano, un conductor se detiene en mitad de la calle esperando un hueco para girar en U, en un lugar prohibido. Con esa maniobra gana 3 o 4 minutos respecto al caso de hacerla correctamente en la rotonda correspondiente, para llegar al mismo lugar.

Y como consecuencia directa, retrasa varios minutos a cada uno de los 20 o 30 autos que deben detenerse formando una fila por detrás. Haga la cuenta. Multiplique por una enorme cantidad de situaciones semejantes que ocurren en las grandes ciudades (parar en lugar prohibido, doble fila, mal estacionados, etc.) y no es difícil entender que buena parte del tiempo perdido en el tránsito en realidad está desperdiciado por la falta de ciudadanía de otros conductores.

El ingeniero especialista en tránsito y transporte Francisco Moreno Neto dedicó 40 de sus 62 años a realizar esas cuentas. En la lucha por cada segundo, muchos conductores aplican algunos trucos para ganar tiempo, que generalmente, además de cometer una infracción, perjudican los derechos y la seguridad de los demás.

"Las vivezas que facilitan la vida para algunos, perjudican los derechos y la seguridad de quienes comparten el tránsito", comenta Moreno. "Perder 5 minutos parece poco, pero la cantidad de irregularidades causadas por conductores es muy grande, causando un efecto dominó. Ese tiempo se va acumulando hasta conformar el tránsito enlentecido de varias horas que debemos enfrentar diariamente", concluye el experto.

Veamos algunos ejemplos:

Doble Fila – Los padres no quieren dejar a sus hijos lejos de la puerta de entrada a la escuela. Si para colmo el local se encuentra sobre una avenida de gran movimiento vehicular, la cantidad de autos deteniéndose afecta la fluidez de todo el tránsito.

Esto también ocurre cuando, para poder encontrar un lugar para estacionar frente a la puerta, el automovilista llega más temprano, dejando su auto detenido allí durante un largo período. Con ello obliga a los demás a parar durante más tiempo y a un mayor número de autos en doble fila.

Paradas de buses y de taxis – Si un auto está detenido en ese lugar reservado, dificulta el flujo de todos los los ómnibus que deben desviarse y parar lejos de la parada, dificultando a los demás vehículos. En una calle de bajo flujo, circulan 600 vehículos por hora, o 10 por minuto.

Giro prohibido – En vez de llegar hasta la rotonda correspondiente, el conductor realiza una maniobra prohibida para ganar algo de tiempo y de combustible. Pero si la maniobra no está permitida, es porque ese lugar requiere de mayor seguridad debido al cruce de vehículos y de peatones.

Hablar por celular – Hacerlo mientras conduce, provoca distracción y significa un riesgo mucho mayor para quienes están cerca y para el propio conductor, pues estará incapacitado para reaccionar rápidamente.

Senda peatonal y veredas – Aparte de no ganar tiempo alguno, parar sobre la senda peatonal expone a la persona al riesgo de ser atropellado, pues para evitarlo debe desviarse hacia donde están pasando otros autos.

Un vehículo parado sobre la vereda obliga al peatón a descender a la calle. En 2010, 630 víctimas de los 7.007 atropellamientos en San Pablo, fallecieron. Representa casi la mitad de las muertes en accidentes de tránsito en toda la ciudad.

Estacionamiento compartido – Cuando deje el auto en un estacionamiento, ocupe solamente un lugar. Si la disponibilidad se agotó, un auto mal estacionado complica la vida de todos, obligando a los demás a parar en forma también irregular.

Espacios preferenciales – Lugares para discapacitados son blanco fácil para los oportunistas, sobre todo en shoppings y supermercados. Los de farmacias que tienen atención rápida, ocupados por esos oportunistas, obligan a quien realmente lo necesita a perder tiempo buscando otro lugar. Lugares para ambulancias, en las cercanías de hospitales y sanatorios, tienen una marcación inconfundible, y están allí para urgencias.

Matemática pura

La capacidad de una avenida como la Paulista (SP) en horario pico, es de 1.200 vehículos por hora en cada una de sus tres carriles, o sea, un total de 3.600 descontando la senda exclusiva para ómnibus. Si un conductor para en doble fila o se detiene por alguna razón obstruyendo un carril, son 1.200 vehículos que deben moverse para los otros dos. La consecuencia son 2 km de congestionamiento y una pérdida de 10 minutos para llegar a destino.

 

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Publicado: 28/08/12 - 18:40 hs. - Textos y edición: Marina Marques / Marcus Vinicius Gasques, Revista Auto Esporte.