Determinadas maniobras frecuentemente provocan el enojo de los conductores quienes muchas veces reaccionan con violencia y terminan provocando accidentes.
La ira, la agresividad y las reacciones violentas experimentadas mientras manejamos son cada vez más frecuentes, y según recientes estudios, tienden a aumentar.
Estos hábitos, generalmente adquiridos durante la infancia cuando los niños ubicados en el asiento trasero observan la forma en que sus padres se comportan como conductores, provocan la reacción frente a circunstancias diversas. Pero debe tenerse en cuenta que esos modos de conducta no sólo distorsionan la apreciación de lo que es realmente peligroso sino que también inculcan en los chicos un modelo agresivo de conducción, quienes lo incorporan como norma.
Cada vez más es frecuente hablar del road rage (ira en los caminos), concepto que explica la conducta violenta y agresiva de ciertos conductores hacia sus pares.
Este tipo de conductas se manifiestan a través de distintas situaciones. Una de ellas ocurre cuando un conductor es capaz de perseguir a otro a lo largo de varias cuadras, enfurecido, para hacerle notar un error cometido. Una reacción así puede terminar en un simple intercambio verbal, pero también ocasionar una pelea con consecuencias impredecibles si además, aparece algún tipo de arma.
Otros ejemplos de manifestaciones de ira mientras se maneja pueden ser cuando el conductor desacelera para no dejar pasar a otro vehículo que decide circular más rápido que nosotros; o encerrarlos, o no mantener la distancia de seguridad sobre el vehículo de adelante, por mencionar sólo algunos.
Si bien en mayor o menor medida en algún momento todos nos hemos visto inmersos en situaciones de manejo donde nos resultó difícil controlarnos, en general son los conductores varones quienes tienden a expresar la agresión de manera más abierta. Y sobre todo, los más jóvenes.
Las razones por las cuales varones y mujeres son presa de una situación de agresión también difieren. Es factible que una respuesta inadaptada pueda provenir como consecuencia de fatiga, estrés, preocupaciones o presiones por llegar a horario a alguna cita, entre otras.
Existen técnicas que sirven para controlar y dominar efectivamente las emociones frente al volante, pero, bien vale resaltarlo, también es necesario un cambio de actitud.
Los conductores dependemos fuertemente unos de otros para coordinar nuestras acciones. Responder de manera emocionalmente inteligente ayudará a reflexionar sobre nuestras limitaciones y reconocer nuestros puntos débiles.
Una capacitación adecuada en este sentido puede contribuir efectivamente a evitar este flagelo que es la ira en nuestras vías de tránsito, causa muchas veces de accidentes perfectamente evitables.
Publicado: 09/08/12 - 09:40 hs. - Informe: infomanejo.com - Fotos: difusión.