Impresiones de Manejo - GREAT WALL Voleex C30, sin preconceptos

Great Wall Voleex C30

La industria automotriz china ya no es el "cuco" que hace relativamente poco tiempo generaba temor y desconfianza entre los consumidores.

Es que entre otras razones, un mercado que vende cerca de 18 millones de autos nuevos en el año es muy apetitoso para cualquier fabricante.

Por ello es que estratégicamente el gobierno de ese país impone algunas condiciones para permitirles el ingreso, como por ejemplo la de asociarse a las marcas locales para la producción de vehículos. Tecnologías de avanzada, buenos materiales y estrictos controles aseguran a partir de ese hecho altos niveles de calidad en el resultado del producto final.

Nuestro mercado siempre es un poco más reticente a la hora de aceptar estas nuevas realidades. Nos llamaba la atención allá por los años 80 el gesto despectivo que provocaba entre mecánicos y choferes cuando comentábamos el buen desempeño que tenían en Argentina los nobles Peugeot 404 con el viejo motor Indenor diesel, trabajando como taxis. Vimos coches que estaban en marcha continuamente durante varias semanas, las 24 horas del día, en actividad durante los 3 turnos sin parar. Claro, la razón era simple. Aquí veníamos con una larga tradición de taxis Mercedes-Benz, que pasó desde los clásicos 180 y 190 hasta los más modernos 220.

Sin embargo, el proceso de aceptación de los autos chinos se viene consolidando a buen ritmo. Los resultados están a la vista. Basta transitar por calles y rutas nacionales para ver la cantidad de ellos que se han incorporado al parque automotriz.

Gracias a la colaboración de Homero de León, Importador para nuestro país, pudimos probar el Voleex C30 de la marca Great Wall. Es un sedán de buen porte con 4.452 mm de largo, 1.705 de ancho y 1.480 mm de alto. Tiene 155 mm de altura mínima con respecto al piso, y neumáticos de 15". Con 2.610 mm de distancia entre ejes, además de algunas bondades de maniobrabilidad se obtiene un buen espacio interior, como veremos más adelante.

La primera impresión visual es la de un auto agradable, sobrio, con líneas elegantes y un toque deportivo a partir de sus llantas de aleación. En los laterales se ven un par de molduras delicadas, que acompañan armónicamente las líneas de la carrocería. Las puertas son de buen tamaño y gran apertura en ambas plazas, delantera y trasera, y se sienten sólidas y precisas al momento de cerrarlas.

Un detalle interesante es que en los espejos retrovisores se encuentran los señaleros laterales, tal como lo indican las tendencias actuales de diseño.

El interior también impresiona bien. Siempre los tonos claros contribuyen a generar un ambiente cálido y agradable. En este caso se combina con una parte oscura del panel, además del borde superior de las puertas y posabrazos. Particularmente la unidad que probamos tenía fundas de protección en los asientos, pero resulta evidente que la claridad de sus tapizados sumada a la del piso y el techo, le quedan muy bien y generan la calidez que mencionábamos. A su vez hay tonos plateados en el panel central y en el cuadro de instrumentos, con algunos toques cromados que le otorgan un aire de distinción al ambiente. Vale decir que el único detalle que a nuestro criterio no contribuye demasiado en ese sentido es el visor digital de la radio, que tiene unos números indicadores un tanto grandes y poco delicados.

Hay poca cantidad de comandos, todos muy sencillos e intuitivos para utilizar. La visibilidad es muy correcta, gracias a la amplia superficie vidriada, incluso a través del retrovisor interior que a pesar de la importante inclinación de la luneta trasera, no disminuye demasiado la posibilidad de ver hacia atrás.

Todo el espacio es amplio y cómodo, destacándose especialmente el de las plazas trasera que se acentúa notoriamente por el piso plano, gracias a la ausencia del torpedo central. Además la curvatura posterior del techo es adecuada aún para personas altas, para que no tengan que soportar el molesto contacto sobre su cabeza.

Para poner en marcha el motor, se debe presionar el pedal de frenos. El sonido que se escucha es suave y aún en régimen más intenso encontramos una adecuada estructura de insonorización. Cuando el motor ronca se oye, pero lejos de molestar, resulta agradable.

Todos los comandos son firmes, de recorrido corto y bien precisos. Sucede tanto con la palanca de cambios como con los pedales. Particularmente ese detalle nos resultó muy cómodo para manejar, al igual que la dirección asistida, suave y eficaz, asociada a un volante algo más pequeño que los corrientes. Es una interesante resolución que también aporta comodidad.

Las terminaciones son de buena calidad con correctos encastres entre las piezas. El motor 1.5 responde dentro de lo esperable, con un torque de 138 Nm disponibles a 4.200 rpm, por lo cual tiene buena reacción dentro de un régimen relativamente bajo. No brinda prestaciones de gran deportividad, pero aún así, sus 103 CV de potencia aparecen si se pisa con mayor énfasis el acelerador colocándose la aguja del cuentavueltas por encima de las 5.000 vueltas. Cabe mencionar que este propulsor tiene doble árbol de levas y tecnología VVT, y se ajusta a las normas de emisión Euro IV.

En carretera y a velocidad se planta bien sobre el asfalto y se siente muy firme. También la suspensión está bien desarrollada porque mantiene la vertical correctamente en curvas, es suave sobre rutas con irregularidades, y absorbe con solvencia los baches de las calles deterioradas.

Durante la noche encontramos un conjunto lumínico adecuado. El instrumental es bien legible a partir de las luces blancas de fondo con agujas de color rojo. Los demás comandos también están bien indicados con iluminación tenue, generándose un ambiente agradable para los viajes nocturnos. Tanto las ópticas principales como los grandes faros traseros, aseguran un conjunto lumínico óptimo de gran potencia para ver y ser vistos sin contratiempos.

Dentro del equipo de serie, el Voleex C30 trae 2 airbags, aire acondicionado, vidrios y espejos eléctricos (rebatibles), bloqueo con remoto, faros camineros, inmovilizador, etc. Tiene frenos a disco en las 4 ruedas, asociados al ABS y con EBD.

La sensación de manejar este auto es sumamente grata. Como decíamos, es silencioso, dócil y muy sólido. Dentro de la ciudad responde bien, con agilidad cuando se la requiere, y generalmente a bajo régimen de vueltas. También en carretera se mantiene esa constante, salvo que se pretenda superar los 120 km/h, pues hasta esa velocidad el cuentavueltas se mantiene debajo de las 4.000 rpm. Es capaz de recuperar sin sobresaltos a la hora de superar otro vehículo, siempre con bajos niveles de sonidos externos.

La posición de manejo es correcta. Los asientos son del estilo mas firme y permiten calzar el cuerpo con comodidad. Con sus ajustes y los del volante regulable, se encuentra fácilmente una buena posición de manejo. También el acceso es cómodo, facilitado por la altura total del auto. Hay un buen espacio interior para 5 personas, con un gran baúl de 510 lts. de capacidad.

Definitivamente, el Voleex C30 sorprende gratamente. Sin dudas que a la hora de terminar con los preconceptos, es uno de los exponentes de la industria china que llevan la delantera. Es un auto que presenta un alto nivel de calidad, y es capaz de brindar un elevado standard de comodidad, placer y confiabilidad a quien lo conduce. Un buen automóvil que confirma la razón de la aceptación que han tenido en el mercado los vehículos con origen asiático.